En "El Capital en el Siglo XXI", Pikkety nos muestra como la desigualdad existente en la Francia de 1789 no sólo se había reducido durante 120 años de revoluciones burguesas, sino que en 1914 se había intensificado. La tendencia de la elite (la existente en el poder o la innovadora que quiere acceder a él) a conservar y aumentar su parte del pastel es, por lo tanto, innata. Sin necesidad de tantas revoluciones, los años 40-50 y 60 crearon una redistribución de la riqueza que produjo nuestra hoy atribulada clase media. No solo en Europa , sino también en EE.UU.
La regla del 90/10 regresó tras la reacción neoliberal y el desmantelamiento de tantas cosas (no sólo el gasto públicos, sino el concepto de lo público) durante la crisis del 2008. Y ahora tenemos lo que tenemos.
La cuestión es si, para mantener ese 90/10, el sistema no sé está inventando una nueva ideología que lo justifique. O dicho de otra forma: ¿Trump y sus secuaces son solo un parche temporal, una reacción, o representan un nuevo paradigma ideológico que ha venido para quedarse? En veinte años lo hablamos. Gran artículo
Muy interesante tu reflexión. Sobre la evolución y sentido de la desigualdad en sí podría escribirse ciertamente mucho más allá de la aproximación de Pareto. Pikkety es un referente, aunque también ha recibido importantes críticas sobre la precisión de sus datos y metodologías, y sobre la inviabilidad de sus propuestas con impuestos potencialmente perjudiciales para la inversión y el crecimiento económico. Además, para algunos, su interpretación de las ideologías que justifican la desigualdad es considerada simplista y reduccionista. Resulta tentador pensar, dentro de su esquema, que esté surgiendo una nueva ideología que venga a justificar la nueva acumulación en ciertos países desde 2008. Pero tampoco se pueden negar los grandes avances de las nuevas clases medias fuera del primer mundo. Probablemente sólo una nueva hecatombe o un nuevo impacto social masivo (como el que podría provocar la IA o el cambio climático) podrían ser ocasión para un nuevo consenso que restaure la debilitada cohesión social con un nuevo pacto social y la emergencia de una nueva clase media. Pero eso no se haría solo ni sin mucho sufrimiento.
Seguramente es lo que va a pasar. Los paradigmas ideológicos y sociales no cambian si no tienen necesidad... Lo hicieron en Occidente tras la II guerra mundial al ver los destrozos del totalitarismo (y el laisse faire liberal del 29), y sobre todo para frenar la amenaza del comunismo. Hace falta una nueva disrupción y, como bien dices, será dolorosa. Sobre Piketty... ya hablaremos otro día.
Gran influencer Vilfredo, gracias por compartir su historia Javi!
En "El Capital en el Siglo XXI", Pikkety nos muestra como la desigualdad existente en la Francia de 1789 no sólo se había reducido durante 120 años de revoluciones burguesas, sino que en 1914 se había intensificado. La tendencia de la elite (la existente en el poder o la innovadora que quiere acceder a él) a conservar y aumentar su parte del pastel es, por lo tanto, innata. Sin necesidad de tantas revoluciones, los años 40-50 y 60 crearon una redistribución de la riqueza que produjo nuestra hoy atribulada clase media. No solo en Europa , sino también en EE.UU.
La regla del 90/10 regresó tras la reacción neoliberal y el desmantelamiento de tantas cosas (no sólo el gasto públicos, sino el concepto de lo público) durante la crisis del 2008. Y ahora tenemos lo que tenemos.
La cuestión es si, para mantener ese 90/10, el sistema no sé está inventando una nueva ideología que lo justifique. O dicho de otra forma: ¿Trump y sus secuaces son solo un parche temporal, una reacción, o representan un nuevo paradigma ideológico que ha venido para quedarse? En veinte años lo hablamos. Gran artículo
Muy interesante tu reflexión. Sobre la evolución y sentido de la desigualdad en sí podría escribirse ciertamente mucho más allá de la aproximación de Pareto. Pikkety es un referente, aunque también ha recibido importantes críticas sobre la precisión de sus datos y metodologías, y sobre la inviabilidad de sus propuestas con impuestos potencialmente perjudiciales para la inversión y el crecimiento económico. Además, para algunos, su interpretación de las ideologías que justifican la desigualdad es considerada simplista y reduccionista. Resulta tentador pensar, dentro de su esquema, que esté surgiendo una nueva ideología que venga a justificar la nueva acumulación en ciertos países desde 2008. Pero tampoco se pueden negar los grandes avances de las nuevas clases medias fuera del primer mundo. Probablemente sólo una nueva hecatombe o un nuevo impacto social masivo (como el que podría provocar la IA o el cambio climático) podrían ser ocasión para un nuevo consenso que restaure la debilitada cohesión social con un nuevo pacto social y la emergencia de una nueva clase media. Pero eso no se haría solo ni sin mucho sufrimiento.
Gracias por pasarte a comentar.
Seguramente es lo que va a pasar. Los paradigmas ideológicos y sociales no cambian si no tienen necesidad... Lo hicieron en Occidente tras la II guerra mundial al ver los destrozos del totalitarismo (y el laisse faire liberal del 29), y sobre todo para frenar la amenaza del comunismo. Hace falta una nueva disrupción y, como bien dices, será dolorosa. Sobre Piketty... ya hablaremos otro día.