"Arbeit macht frei" es una de las muchas formas en las que el Poder ha intentado controlar a la población a través del trabajo, y para comprobarlo no hace falta más que ver quiénes y cuándo leían ese lema. Más recientes son los millonarios hechos a sí mismos, los que defendían que el que quiera tiene trabajo, o que el que no gana lo suficiente es porque no se lo ha merecido. O el aún más actual, "no bajaremos los tipos de interés hasta que no empeore la economía y baje la inflación" https://jeibros.substack.com/p/la-abolicion-de-la-esclavitud-y-la
Me ha encantado el artículo, y gracias por el enlace a mi blog. Creo que tienes una visión muy acertada en la concepción del ocio. Mi sensación es que si nosotros, como fuerza laboral, no nos posicionamos en una postura, seguiremos siendo agentes pasivos y un rebaño para el Poder.
Según las corrientes de izquierda, el capitalismo ha tenido varios medios de acumulación de capital a través de la fuerza laboral. La primera pudo ser la de sacar a la población del campo y llevarla a las ciudades, en plena revolución industrial. Tras el agotamiento de esa estrategia, se pasó al taylorismo y fordismo. A continuación, la deslocalización de fábricas y la globalización. Y finalmente, ahora podemos estar en una era de economía virtual a través de la Bolsa y las operaciones financieras. No en vano, la economía ficticia/virtual actual supera ya a la real y tangible. En ese hilo encaja el término acuñado por Varoufakis, el tecnofeudalismo. También tengo la sensación de que cada vez más se intenta atrapar a los trabajadores haciendo que sus pensiones dependan cada vez más de los resultados financieros de sus empresas.
La doctrina del shock. Una población siempre temerosa y dubitativa siempre será más manejable.
No creo que Keynes mencionara su famosa frase pensando en los términos actuales, sino que creo que él pensaba en una especie de acuerdo entre el Empleo y el Capital. Este acuerdo, si existió, parece que se rompió en los 70 con la crisis del petróleo. https://jeibros.substack.com/p/keynes-y-el-contexto-de-la-semana_4 (echa un vistazo a la segunda imagen).
Te recomiendo también el libro "4 futuros", de Peter Frase, a ver si te gusta la premisa que plantea.
El trabajo y el ocio ejercen un interesante equilibrio en la vida de muchas personas. Una cosa que la vida me ha enseñado es que, si no fuera por el necesario dinero, el trabajo estorba cuando uno está en un buen periodo de su vida, pero el trabajo puede ser un magnífico aliado cuando se pasa un mal periodo. Precisamente por que acota el tiempo y limita lo libre que puede rumiar nuestra mente.
Dicho eso, ya llevo muchos años convencido de que el trabajo es un mal necesario, y como tal intentaré trabajar sólo mientras sea estrictamente necesario. También tengo claro que hay que prepararse concienzudamente para ese día en el que pueda prescindir del trabajo, y es algo que subestima una gran parte de la población. Hay que cultivar el ocio y aprender a disfrutar del tiempo libre, de una forma diversa y, en la medida de lo posible, adaptable a los posibles cambios de circunstancias. Es importantísimo dedicar tiempo a la familia, pero no se puede crear una vida en la que el ocio durante los años de crianza se limite al 100% a los hijos, ya que algún día volarán el nido y te enfrentarás a un vacío existencial que tú mismo has estado cavando.
Y con esto lo dejo - Has tocado tantos temas que me podría quedar aquí contestándote casi párrafo a párrafo... pero mejor no abusar.
Gracias, Miguel. Comparto totalmente tu reflexión. Aunque pueda parecer egoísta, es importante cultivar nuestro ocio como quien mantiene un pequeño jardín.
Interesante análisis sobre la relación trabajo-identidad. También creo que la tecnología suele crear más empleos de los que destruye. Lo del ocio contemplativo, uff, temón. Gracias por el artículo.
Sí, hasta ahora lo ha hecho. El tema es si este es el caso, y en cuánto tiempo los creará y podremos reciclarnos. Entre tanto puede haber una generación o más a verlas venir…
Tocas diversos palos de forma crítica y para nada maniquea, mostrando lo positivo y negativo del trabajo y de su ausencia, así como la historia de tales nociones y su dependencia respecto los factores sociales que las determinan (no de forma simple, sino compleja y múltiple con distintos "niveles de determinación") . Futurólogo no soy, pero lego en la materia sí, así que el futuro desempleo no lo tocaré.
En lo relativo a la utilidad del trabajo como dador de sentido, creo que es cierto que se lo da a muchas personas. Sin esa idea de ser productivo o de dedicar el tiempo a algo significativo (que no tiene porqué ser trabajo, cómo muestras con las preferencias yanquis) las personas se aburren y llegan a tener una imagen negativa de si mismos. Creo que el problema está, en parte, ahí: en la imagen de uno cómo algo importante.
En el fondo, a mi parecer, no lo es. El valor de la imagen de uno mismo (más allá del cómo nos ven los demás y de las necesidades de pertinencia que hacen útil un "Yo" social) radica en la experimentación de esa imagen. Si nos damos cuenta de esto, podemos entender que la imagen (el Yo, el ego, la identidad personal, o lo qué sea) es valiosa por la función que ejerce y la experiencia sensitiva que produce, no en si misma. En otras palabras: tal imagen es una herramienta funcional. Su valor radica en los efectos que produce.
Entonces, nos damos cuenta que es el "pensamiento" de tal imagen la que nos produce aversión o placer, y de que si está desaparece, desaparecen el placer y el dolor aparejados. Si siento asco o tedio
ante el "pensamiento" de mi imagen, no es producto de la imagen en si misma, sino de su existencia en acto como "pensamiento". Si se elimina la causa (el "pensamiento" productivo), se modifica el efecto (la sensación y su valencia). Por ello, debemos observar o estudiar, la determinación de nuestras experiencias y sensaciones y distinguir cuidadosamente la "función" de la "apariencia". El valor de la "apariencia" es debido a su "funcionalidad".
Lo mismo vale para el tiempo libre, que puede ser un sano "otium" o un agrio "tedium". El hecho que lo sea, dependerá de cómo se "conciba" tal situación, no de la situación en si misma.
Un apasionado historiador que se desviva y goce profundamente de su obrar puede experimentar las mismas experiencias y sensaciones de "realización o plenitud" que un parado que dé de comer a las palomas todo el día.
Creo que esto abre las puertas a ejercer el control de nuestra calidad de vida mediante la atención, para entender así que en la vivencia radica el sentido y que este puede adoptar mil formas distintas con sus respectivos efectos (valorables, por supuesto, en si mismos). Es indiferente si se da a través del trabajo o la contemplación, más allá de los efectos objetivos y las ventajas/desventajas de cada ocupación.
PD: Cuando digo "pensamiento" o "concebir", simplifico una complejidad abismal dentro de esto que requiere muchos más matices.
PD2: Quizás la distinción "función-apariencia" pueda entenderse mejor bajo un esquema múltiple de determinación simplificado en el cuál el efecto puede producirse mediante distintas causas. Entenderlo así nos permite adaptabilidad a cualquier situación, tirando a veces más de causas "endógenas" (por llamarlo así) y otras de causas "exógenas" y excluyendo explicaciones de tipo universal que tienden a imposibilitar una comprensión plena. Dentro de este esquema de determinación cabe hablar de "porcentajes" en función de la causa y de requisitos que restrinjan o posibiliten la realización de tales propiedades hedónicas.
Coincido mucho contigo en que, ante un mismo escenario de actividad o de ocio, mucho depende de nuestra propia actitud. En cierto modo, creo que mi enfoque sobre "descubrir" o "crear" sentido emparenta con esa funcionalidad a la que aludes. Pues el sentido no nos viene dado. Por eso, el parado que echa migas de pan a las palomas puede sentirse pleno si se comprende en una vida cargada de significado, mientras que el trabajador servido de abundancia y con un trabajo razonable, puede no obstante sentirse muy alienado e insatisfecho.
"Arbeit macht frei" es una de las muchas formas en las que el Poder ha intentado controlar a la población a través del trabajo, y para comprobarlo no hace falta más que ver quiénes y cuándo leían ese lema. Más recientes son los millonarios hechos a sí mismos, los que defendían que el que quiera tiene trabajo, o que el que no gana lo suficiente es porque no se lo ha merecido. O el aún más actual, "no bajaremos los tipos de interés hasta que no empeore la economía y baje la inflación" https://jeibros.substack.com/p/la-abolicion-de-la-esclavitud-y-la
Me ha encantado el artículo, y gracias por el enlace a mi blog. Creo que tienes una visión muy acertada en la concepción del ocio. Mi sensación es que si nosotros, como fuerza laboral, no nos posicionamos en una postura, seguiremos siendo agentes pasivos y un rebaño para el Poder.
Según las corrientes de izquierda, el capitalismo ha tenido varios medios de acumulación de capital a través de la fuerza laboral. La primera pudo ser la de sacar a la población del campo y llevarla a las ciudades, en plena revolución industrial. Tras el agotamiento de esa estrategia, se pasó al taylorismo y fordismo. A continuación, la deslocalización de fábricas y la globalización. Y finalmente, ahora podemos estar en una era de economía virtual a través de la Bolsa y las operaciones financieras. No en vano, la economía ficticia/virtual actual supera ya a la real y tangible. En ese hilo encaja el término acuñado por Varoufakis, el tecnofeudalismo. También tengo la sensación de que cada vez más se intenta atrapar a los trabajadores haciendo que sus pensiones dependan cada vez más de los resultados financieros de sus empresas.
La doctrina del shock. Una población siempre temerosa y dubitativa siempre será más manejable.
No creo que Keynes mencionara su famosa frase pensando en los términos actuales, sino que creo que él pensaba en una especie de acuerdo entre el Empleo y el Capital. Este acuerdo, si existió, parece que se rompió en los 70 con la crisis del petróleo. https://jeibros.substack.com/p/keynes-y-el-contexto-de-la-semana_4 (echa un vistazo a la segunda imagen).
Te recomiendo también el libro "4 futuros", de Peter Frase, a ver si te gusta la premisa que plantea.
Esto que has escrito hoy me parece maravilloso.
El trabajo y el ocio ejercen un interesante equilibrio en la vida de muchas personas. Una cosa que la vida me ha enseñado es que, si no fuera por el necesario dinero, el trabajo estorba cuando uno está en un buen periodo de su vida, pero el trabajo puede ser un magnífico aliado cuando se pasa un mal periodo. Precisamente por que acota el tiempo y limita lo libre que puede rumiar nuestra mente.
Dicho eso, ya llevo muchos años convencido de que el trabajo es un mal necesario, y como tal intentaré trabajar sólo mientras sea estrictamente necesario. También tengo claro que hay que prepararse concienzudamente para ese día en el que pueda prescindir del trabajo, y es algo que subestima una gran parte de la población. Hay que cultivar el ocio y aprender a disfrutar del tiempo libre, de una forma diversa y, en la medida de lo posible, adaptable a los posibles cambios de circunstancias. Es importantísimo dedicar tiempo a la familia, pero no se puede crear una vida en la que el ocio durante los años de crianza se limite al 100% a los hijos, ya que algún día volarán el nido y te enfrentarás a un vacío existencial que tú mismo has estado cavando.
Y con esto lo dejo - Has tocado tantos temas que me podría quedar aquí contestándote casi párrafo a párrafo... pero mejor no abusar.
De nuevo, gracias por esto tan chulo :)
Gracias, Miguel. Comparto totalmente tu reflexión. Aunque pueda parecer egoísta, es importante cultivar nuestro ocio como quien mantiene un pequeño jardín.
Interesante análisis sobre la relación trabajo-identidad. También creo que la tecnología suele crear más empleos de los que destruye. Lo del ocio contemplativo, uff, temón. Gracias por el artículo.
Sí, hasta ahora lo ha hecho. El tema es si este es el caso, y en cuánto tiempo los creará y podremos reciclarnos. Entre tanto puede haber una generación o más a verlas venir…
Hola, nos ha gustado tanto este artículo que lo hemos incluido en 5 recomendaciones sobre asuntos laborales:
https://liderar.substack.com/p/5-mejores-de-asuntos-laborales-en
¡Muchas gracias!
Un par de artículos algo relacionados con este tema, por si interesan, son los siguientes: https://carreras.substack.com/p/marginacion-y-experiencia-del-desempleo y https://carreras.substack.com/p/impacto-social-del-desempleo
Me ha gustado mucho el artículo.
Tocas diversos palos de forma crítica y para nada maniquea, mostrando lo positivo y negativo del trabajo y de su ausencia, así como la historia de tales nociones y su dependencia respecto los factores sociales que las determinan (no de forma simple, sino compleja y múltiple con distintos "niveles de determinación") . Futurólogo no soy, pero lego en la materia sí, así que el futuro desempleo no lo tocaré.
En lo relativo a la utilidad del trabajo como dador de sentido, creo que es cierto que se lo da a muchas personas. Sin esa idea de ser productivo o de dedicar el tiempo a algo significativo (que no tiene porqué ser trabajo, cómo muestras con las preferencias yanquis) las personas se aburren y llegan a tener una imagen negativa de si mismos. Creo que el problema está, en parte, ahí: en la imagen de uno cómo algo importante.
En el fondo, a mi parecer, no lo es. El valor de la imagen de uno mismo (más allá del cómo nos ven los demás y de las necesidades de pertinencia que hacen útil un "Yo" social) radica en la experimentación de esa imagen. Si nos damos cuenta de esto, podemos entender que la imagen (el Yo, el ego, la identidad personal, o lo qué sea) es valiosa por la función que ejerce y la experiencia sensitiva que produce, no en si misma. En otras palabras: tal imagen es una herramienta funcional. Su valor radica en los efectos que produce.
Entonces, nos damos cuenta que es el "pensamiento" de tal imagen la que nos produce aversión o placer, y de que si está desaparece, desaparecen el placer y el dolor aparejados. Si siento asco o tedio
ante el "pensamiento" de mi imagen, no es producto de la imagen en si misma, sino de su existencia en acto como "pensamiento". Si se elimina la causa (el "pensamiento" productivo), se modifica el efecto (la sensación y su valencia). Por ello, debemos observar o estudiar, la determinación de nuestras experiencias y sensaciones y distinguir cuidadosamente la "función" de la "apariencia". El valor de la "apariencia" es debido a su "funcionalidad".
Lo mismo vale para el tiempo libre, que puede ser un sano "otium" o un agrio "tedium". El hecho que lo sea, dependerá de cómo se "conciba" tal situación, no de la situación en si misma.
Un apasionado historiador que se desviva y goce profundamente de su obrar puede experimentar las mismas experiencias y sensaciones de "realización o plenitud" que un parado que dé de comer a las palomas todo el día.
Creo que esto abre las puertas a ejercer el control de nuestra calidad de vida mediante la atención, para entender así que en la vivencia radica el sentido y que este puede adoptar mil formas distintas con sus respectivos efectos (valorables, por supuesto, en si mismos). Es indiferente si se da a través del trabajo o la contemplación, más allá de los efectos objetivos y las ventajas/desventajas de cada ocupación.
PD: Cuando digo "pensamiento" o "concebir", simplifico una complejidad abismal dentro de esto que requiere muchos más matices.
PD2: Quizás la distinción "función-apariencia" pueda entenderse mejor bajo un esquema múltiple de determinación simplificado en el cuál el efecto puede producirse mediante distintas causas. Entenderlo así nos permite adaptabilidad a cualquier situación, tirando a veces más de causas "endógenas" (por llamarlo así) y otras de causas "exógenas" y excluyendo explicaciones de tipo universal que tienden a imposibilitar una comprensión plena. Dentro de este esquema de determinación cabe hablar de "porcentajes" en función de la causa y de requisitos que restrinjan o posibiliten la realización de tales propiedades hedónicas.
Gracias por tu extenso y meditado comentario.
Coincido mucho contigo en que, ante un mismo escenario de actividad o de ocio, mucho depende de nuestra propia actitud. En cierto modo, creo que mi enfoque sobre "descubrir" o "crear" sentido emparenta con esa funcionalidad a la que aludes. Pues el sentido no nos viene dado. Por eso, el parado que echa migas de pan a las palomas puede sentirse pleno si se comprende en una vida cargada de significado, mientras que el trabajador servido de abundancia y con un trabajo razonable, puede no obstante sentirse muy alienado e insatisfecho.
Gracias, de nuevo.