Sus defensores argumentan que, a pesar del sufrimiento más inmediato que les prive de ciertas subvenciones económicamente ya insostenibles, a medio/largo plazo será mejor para ellos mismos. El tiempo dirá.
También cabría decir que en caso de ser benéficas a largo plazo, tal beneficio viene dado por normativas y garantías de comercio sustentadas por el poder coercitivo estatal.
Quizás la mayor paradoja o error de ciertos liberalismos, llamémosle extremos, sea la mentada: es decir, que dan por "natural" la propiedad privada sin entender que esta es fruto de una garantía coercitiva del poder estatal. La restricción del concepto de Estado a una institución nos oculta la naturaleza del poder que se daría con o sin institución, como bien mencionas. Sin un Estado institucional tal y cómo lo entendemos, habría organizaciones "pseudo o para"-estatales, tal y cómo se ve en regiones dominadas por cárteles, guerrillas o milicias al servicio de empresas privadas (como se dio en el S.XIX en ciertas regiones "sin ley" de los Estados Unidos).
Claro, pero eso creo que no entra en contradicción con la propuesta de los minarquistas porque si quieren para algo el Estado mínimo es precisamente para preservar coercitivamente esa propiedad privada.
Gran reflexión.
La pena es que no son experimentos con gaseosa. Son ciudadados los que lo están sufriendo. Por ejemplo los argentinos.
Sus defensores argumentan que, a pesar del sufrimiento más inmediato que les prive de ciertas subvenciones económicamente ya insostenibles, a medio/largo plazo será mejor para ellos mismos. El tiempo dirá.
También cabría decir que en caso de ser benéficas a largo plazo, tal beneficio viene dado por normativas y garantías de comercio sustentadas por el poder coercitivo estatal.
Quizás la mayor paradoja o error de ciertos liberalismos, llamémosle extremos, sea la mentada: es decir, que dan por "natural" la propiedad privada sin entender que esta es fruto de una garantía coercitiva del poder estatal. La restricción del concepto de Estado a una institución nos oculta la naturaleza del poder que se daría con o sin institución, como bien mencionas. Sin un Estado institucional tal y cómo lo entendemos, habría organizaciones "pseudo o para"-estatales, tal y cómo se ve en regiones dominadas por cárteles, guerrillas o milicias al servicio de empresas privadas (como se dio en el S.XIX en ciertas regiones "sin ley" de los Estados Unidos).
Buen artículo, saludos.
Claro, pero eso creo que no entra en contradicción con la propuesta de los minarquistas porque si quieren para algo el Estado mínimo es precisamente para preservar coercitivamente esa propiedad privada.